martes, 18 de enero de 2011

IDAS DE PELOTA

Tengo que aprender a hacer canelones.
Todas las madres saben hacer canelones y yo, algún día, seré madre y tendré que saber hacer canelones.




Ahora me ha dado de nuevo por el punto de cruz y, en cuanto tenga mi máquina de coser en casa, me pienso poner en serio con la costura.
Quiero aprender a coser. A hacer patrones y poder hacer ropa a las muñecas de mis futuras hijas y de sus amigas.

Aunque pensándolo mejor, me gustaría más volver atrás en el tiempo y ser yo la que juegue a las muñecas con sus amigas y no estar pensando en cosas que quiero hacer para satisfacer a mis futuros retoños...

En fin, idas de olla en una tarde de aburrimiento...

miércoles, 26 de mayo de 2010

TIRORIRO, TIRORIRO

Muchas veces me quejo de que no tengo tiempo para hacer cosas de provecho.
Sin embargo, llevo tres días en el curro sin apenas nada que hacer y en lugar de intentar sacar provecho de esas horas muertas, me paso horas como una tonta mirando cómo se va actualizando el Facebook y viendo cómo los demás sí que parecen dedicar su tiempo en cosas de provecho.
Se me pasan mil cosas por la cabeza que me gustaría hacer:
  • hace un mes, me dio por las oposiciones: Profesora de la Escuela de Idiomas. Como si de una premonición se tratara, salió la convocatoria a la semana de pensarlo... pero me dio pereza.
  • hace unos meses más, me planteé estudiar otra carrera en la UNED: Filología Alemana. Una pena que no estuviera disponible, aunque si lo hubiera estado, dudo mucho que la cosa hubiera cuajado.
  • hace unos días, pensé que este verano, que tendré más tiempo libre, me apuntaré a algún curso de manualidades... Pero seamos realistas, las manualidades y yo somos incompatibles.
Así que ocupo mis horas muertas planteandome cosas que luego nunca llegan a ningún sitio... y que tal vez volverán a aflorar dentro de unos meses, me lo volveré a plantear y lo volveré a desechar...
Para una vez que algo que me planteo, sale adelante (¡presentar una tarta a un concurso de tartas!), viene un coche que me lleva por delante y... ¡adios concurso!

Creo que seguiré asi, perdiendo el tiempo en pensar cosas, pensar no es malo al fin y al cabo.

jueves, 22 de abril de 2010



Me apetece bailar. Andar lentamente hasta el centro de una pista de baile, cerrar los ojos, sentir la música y bailar, sin más.
Será porque hace tiempo que no lo hago...

Por eso mismo, ayer me sentí muy bien. Porque hacía mucho tiempo que un miércoles cualquiera no quedaba con un amigo cualquiera a tomar algo en un bar cualquiera, y después me iba al teatro / cine a ver una obra o peli cualquiera. Saltarme la rutina, porque sí.

¿Qué necesidad tengo de vivir unas pautas marcadas día a día? Sentirme obligada a hacer las cosas no me gusta, y cuando hago las cosas de forma mecánica día tras día, semana tras semanas, entonces me siento obligada. Rutina. Esclavitud a un horario.

Así que esta tarde para seguir saltándome las normas (mis normas, porque no las ha impuesto nadie más que yo) bailaré. Aunque sea en casa, en medio de la cocina con las ventanas abiertas para que entre el sol (si es que se digna a aparecer), BAILARÉ.

lunes, 29 de marzo de 2010

Pequeñas cosas


Hace poco alguien me dijo que lo más importante para que una relación funcione, más que el decir un "te quiero" o dar un beso, es que tu pareja te mire y tu la mires a ella. Al principio lo tomé como un comentario sin más, pero luego decidí ponerlo en práctica. No sólo con mi pareja, sino también con amigos.


El otro día en el metro, intenté ayudar a una chica invidente con la que coincido a diario, ya que bajamos en la misma estación de metro... Pero me sentí muy inutil cuando le dije: "han cambiado las escaleras de subida allí (con su consecuente señalización con el dedo)..." La chica puso cara extraña que yo interpreté como: "pero no ves que soy ciega, ¿dónde se supone que es allí?", pero me equivoqué porque como si pudiese ver mi dedo, tomó la dirección exacta...


Esta chica seguro que no pude mirar a sus serés queridos, pero no por ello les querrá menos. Así que llegué a la conclusión de que lo más importente no es sólo "mirar" a la otra persona, sino todo lo que se esconde detrás de esa mirada: sentir admiración por ella, quedarte boquiabierto cada vez que habla, cuidarle, sentirle,...


Lo más curioso de todo esto es que la persona que me dijo esa frase también era invidente.

martes, 26 de enero de 2010

¿Abandono?

Me ha pasado en más de una ocasión desde que abrí este blog.
A veces pienso: "voy a cerrarlo...", pero luego no lo hago. Ya me pasó con el fotolog, lo cerré, así, sin más y luego me arrepentí. Un día, un arrebato, me cansé... Y yo no suelo cansarme de las cosas con facilidad o al menos de las cosas que no me molestan, pero sí que me canso de las responsabilidades.
Siento que este blog es una responsabilidad y no debería ser así. Por eso, cuando pienso en cerrarlo, me obligo a no hacerlo, porque la finalidad de abrir este blog fue simple y llanamente la de escribir para mí, de vez en cuando y sólo cuando me apetezca, sin obligaciones...
¡Que ya tenemos bastantes obligaciones y responsabilidades en este mundo de adultos como para encima sentirme atada por un blog!
Bueno, hoy quería escribir brevemente, sólo para no sentir que lo tengo abandonado, porque no es así.
Y también quería darle un beso enorme y un abrazo más grande aún a esa gran persona que se fue de viaje hace más de un año, un viaje muuuuy largo, y que mañana cumple 27 años: Miguel Blázquez. ¡Mañana todos pensaremos en tí!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Fin de semana

Este fin de semana he tenido una experiencia algo extraña: tener a mis propios padres de invitados en mi propia casa. Y a ellos, sumados mis suegros.
Por primera vez, era yo la que ponía las reglas, era yo la que decía a qué hora se serviría la comida y la que se tenía que levantar a por el segundo plato y a poner la cafetera en el fuego. Sí, estaban bajo mi techo y yo me sentía contenta de poder ser dueña de mis actos (y de los suyos). Se hace raro después de veintipico años viviendo bajo sus órdenes y bajo sus reglas que ahora lleguen a tú casa y no puedan imponerte nada. Hombre, no es que mis padres me hayan impuesto una dictadura durante el tiempo que he vivido con ellos, ni mucho menos, pero la sensación de que las cosas se vuelvan a la inversa es extraña al tiempo que divertida.
Lo que también ha resultado divertido, ha sido comprobar lo diferentes que somos unas familias de otras. Álvaro con sus padres; yo con los míos: dos cuadros totalmente distintos. Hablábamos durante la comida del modo en que ambos matrimonios habían educado a sus sendos hijos: mi hermano y yo, dos personas totalmente diferentes. Álvaro y su hermano, más de lo mismo. Los padres decían que no lo entendían, ya que habíamos recibido la misma educación, pero, ¿acaso sólo influye la educación paternal en el desarrollo de las personas? Fue un debate curioso y enriquecedor, pero sobre todo, me gustó la conclusión a la que llegaron: las buenas personas se acaban juntando con las buenas personas, y por eso yo me junté con Álvaro. ¡Qué van a decir los padres de sus hijos sino que son buenas personas!
En fin, ha sido un fin de semana curioso, pero también muy estresante. Creo que sigo prefiriendo ir de invitada a casa de mis padres y acatar las pocas normas que pueda haber en ella...

jueves, 1 de octubre de 2009

Limón y sal

Sólo me quedé con ganas de una cosa el pasado fin de semana: tomarme un chupito de tequila con vosotras, como en los viejos tiempos.

Por lo demás, todo fue perfecto. Ninguna queja. Bueno, sí, no me habría importado compartir unas cuantas horas más de exaltación de la amistad :)
Los momentos en los que sentimos felicidad absoluta, sin agobios, sin preocupaciones, son los más valiosos y los que nunca hay que dejar de repetir.
¿Repetimos? Pero esta vez con Limón y Sal, por favor! Os quiero!


jueves, 20 de agosto de 2009

Pensamientos varios

La vuelta vacacional es dura, muy dura. Sobre todo cuando vuelves a un Madrid que en agosto deja de serlo, con sus calles desiertas, la mayoría de los negocios "cerrados por vacaciones"... Sí, es muy duro.

Para mí, además, esta vuelta vacacional ha tenido un elemento extra: mi cambio de casa, de barrio, de trayecto al trabajo... Me he vuelto esclava del cercanías, aunque he de decir que me gusta infinitamente más que el metro. Con todo esto, no tengo tiempo para darme cuenta de que es agosto y Alicante sigue invadida de madrileños ansiosos de playa.
Yo, en esos días de agosto que estuve de vacaciones, podría haber pasado por una madrileña más.

El otro día vinieron a montarnos los muebles y hablando con uno de los chicos, con su acentazo castizo, salió que yo soy de Alicante, de la playa de San Juan para más exactitud, y el chico se emocionó al recordar el apartamento que solían alquilar sus padres en la playa y las fiestas que se pegaba en el puerto y en Benidorm... Su última frase: me entra un subidón cuando pienso en esos días...

Para mí Alicante significa mucho más que eso, yo a Alicante no voy de vacaciones, voy a reencontrarme con mi vida. Durante estos días a penas he ido a la playa y apenas he salido de fiesta. En cambio, han sido unos días inolvidables.

Pero bueno, se acabaron esos días, ahora vuelvo a Madrid y empiezo una nueva etapa aquí, recordando esos días de agosto en Alicante, disfrutando estos días de agosto aquí y esperando esos días maravillosos que están por venir.

martes, 9 de junio de 2009

Dueña de mi sonrisa

Me gusta ser feliz.
Creo que no hay mejor sensación que la de pasear por la calle, pensando en tus cosas, con una sonrisa de oreja a oreja, y de repente volver a la realidad y ver que la gente te mira pensando: Y está chica, ¿por qué sonreirá tanto?
Creo que no hay un motivo exacto para "sonreir tanto". Hay que ser feliz, sin más. Pocas veces he sentido que las cosas me iban bien al 100%, pero eso no me impide ser totalmente feliz. Nunca he creido en la perfección, pero la he rozado en muchas ocasiones. Y ésta es una de ellas...
Me encanta levantarme por las mañanas, saber que tengo un nuevo día por delante, aunque no vaya a pasar nada maravilloso, sólo la sensación de VIVIR es maravillosa.
Me encanta ir a trabajar, aunque me pase horas sin hacer nada porque la maldita crisis está haciendo mella en todos los sectores.
Me encanta cuando quedan cinco minutos para la hora de comer y me voy feliz, pensando: ¿qué habrá hoy de menú?
Me encanta volver a ese piso en el que vivimos desde hace dos años y al que dentro de un mes no volveré más porque entonces volveré a NUESTRA casa, a nuestro hogar.
Me encanta sentirme dueña de mí misma.
Me encanta sonreir al pensar en todo ello. Sonreir sin más. Disfrutar sin más.
Tal vez sea demasiado optimista, conformista o simplona, pero creo que no merece la pena dejar de sonreir, ya que mi sonrisa es mía y yo la utilizo siempre que quiera.

lunes, 27 de abril de 2009

LOCURA / ADICCIÓN


Ayer experimenté cierto grado de locura...

Llegué a la conclusión de que el exceso de algo puede llegar a tocar en mi cerebro un punto que me hace volverme loca.

También me di cuenta de que las adicciones no van conmigo. Siempre he sido bastante precavida con respecto a las cosas susceptibles de crear adicción (drogas, juego, alcohol,...), aunque tengo una fuerza de voluntad bastante invulnerable gracias a la cual nunca he tenido miedo a verme volcada en dichas adicciones.


Hay gente adicta a otro tipo de drogas, y ahí es donde quiero ir a parar: las series de televisión. Hoy en día, se ha creado un especie de fanatismo febril hacia las series de televisión (en su gran mayoría estadounidenses) que hace que una persona sea capaz de verse una temporada del tirón cuando no tiene nada mejor que hacer.


Yo ayer lo intenté. Me propuse sentarme en el sofá a ver 6 capítulos del tirón de LOST. Evidentemente, si la serie en cuestión es buena, la adicción será mayor. Y sí, la serie es buena, pero en vez de crear un sentimiento de adicción en mí, lo que yo experimenté fue un sentimiento de locura. Incluso hubo un momento en el que estuve a punto de tirar la toalla y salir a que me diese el aire, dado el grado de tonterías que empezaban a salir de mi boca... Pero lo conseguí.

El problema es que al ver tantos capítulos del tirón, se pierde la magía del "qué pasará", ese nerviosismo ante la espera del siguiente capítulo...


No, eso no va conmigo. Creo que no volveré a repetir la experiencia. Prefiero raciones dosificadas que me vayan satisfaciendo poco a poco, a un atracón que me empache y me haga aborrecer las cosas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Recuerdos que recuerdo...

Otra vez me volvió a pasar.
Cada vez que pongo un pie en mi casa de la Calle de la Morena nº 6 me empiezan a invadir miles y miles de recuerdos. Subo por las escaleras, abro la puerta de mi habitación y todo sigue igual que cuando me fui.
Me pasa una y otra vez y creo que nunca me dejará de pasar.
Lo primero que hago después de dejar la maleta es echar un vistazo alrededor para comprobar que todo sigue en su sitio: mis libros y apuntes de la universidad en la estanteria, las agendas del instituto llenas de anécdotas que no tienen precio, los miles de objetos que me han ido regalando durante toda mi vida y de los que nunca he querido deshacerme, mi escritorio frente al mar con sus miles de trastos, las fotos de fiestas, viajes, amigos, los armarios en los que sigue quedando ropa mía... Un sinfin de cosas que hacen que mi mente retroceda unos cinco años y recuerde otros tiempos.
Incluso esta última vez encontré una libreta en la que empecé a escribir, cuando tenía 18 años, un relato basado en mis vivencias sin saber todas las cosas que todavía estaban por venir.
Creo que el hecho de que todo sigue igual me hace sentirme bien. Me hace sentir que todavía pertenezco a aquella vida y que cada vez que vaya allí todo seguirá igual que antes. Aunque haya tantas cosas que han cambiado...
Creo que siento que mi vida en Madrid y mi vida en Alicante son dos vidas paralelas...

martes, 3 de febrero de 2009

Esta vida

Esta vida va demasiado rápido y todavía no sé si he conseguido adaptarme a su ritmo. Normalmente pienso que sí, que he aprendido muchas cosas de ella, que sé disfrutar de su intensidad y de su grandeza; pero otras veces pienso que no, que no estoy preparada para muchas de las cosas que vienen tan de repente, ni para muchas otras cosas que van a venir antes de que me quiera dar cuenta.
Incluso a veces intento observarme desde fuera y pienso que se me escapan algunos momentos. Si estoy sentanda haciendo nada, me da por pensar que no aprovecho la vida. Pero es que creo que no da tiempo a aprovechar todos los micromomentos que componen los fragmentos de cada una de nuestra vidas.
Si soy realista, asumo que es imposible subirse al tren de la vida y seguir su ritmo. Entonces concluyo que lo único que hay que hacer es abrir los brazos y abrazar con toda la fuerza con la que se pueda todas esas cosas que no te esperas pero que vienen así, sin más. Y vienen porque tienen que venir, porque la vida es así...
Esta vida que va como la luz del
pensamiento, el mérito está en no quedarse en el
intento...

martes, 27 de enero de 2009

CELEBRACIÓN

Hoy es un día especial a la vez que difícil.
Hoy es tú cumpleaños, Miguel.
Hoy cumples 26 años. Siempre has sido el primero de nosotros en hacerte un año más viejo... ¡Por algo eres el yayo!

Por eso, voy a parar el tiempo, voy a dejar de hacer todo lo que tengo que hacer, voy a dejar de pensar en todas las tonterías que me hacen estar estresada y agobiada en el día a día, voy a pensar solamente en tí, porque hoy es tu día...
Tal día como hoy, hace 26 años, llegaste al mundo. Imagino la cara de felicidad de tus padres al verte, y a tu hermano feliz de tener por fin un hermanito pequeño con el que jugar... El 27 de enero de 1983 fue un gran día.

También hoy lo es, porque todos nos acordamos de tí y todos celebramos tu cumpleaños contigo. Te sentimos aunque no te veamos, y eso es lo importante.

Estás en todos y cada uno de nosotros.
¡Ni te imaginas la de gente que te quiere y que hoy está pensando en ti!
Así que sólo me queda una cosa por decir:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MIGUEL BLÁZQUEZ!

martes, 16 de diciembre de 2008

La Navidad


Son fechas raras. Pero raras no tiene porque significar "malas", simplemente "diferentes".


Fechas en las que se hace imposible andar por las calles de Madrid, porque todo el mundo se ve inundado por las ganas de comprar, porque todas las empresas salen a la calle a celebrar la navidad (qué mejor excusa para trabajar un poco menos!), porque a pesar de que las calles están preciosas con su exageradísima ilumnación, hace demasiado frío...


Fechas de felicidad, de disfrutar de la familia, de los amigos, de los amores... Fechas raras. De euforia, de celebraciones, de regalos, ... y para mí, fechas de agobio!

No hay nada que me agobie más que comprar regalos. Desde la semana pasada, me he dado cuenta de que voy andando por las calles mirando todos y cada uno de los escaparates por los que paso, entrando a todas las tiendas simplemente para ver si me viene la inspiración, pensando a todas horas en qué comprarle a mi madre, y a mi padre, y a mi amigo invisible...

Semanas de agobio que merecen la pena. Todo se compensa después cuando ves la cara de felicidad de tu gente al estar todos reunidos y recibiendo regalos que, te gusten más o menos, son especiales porque vienen de la gente a la que quieres.


Fechas raras, pero especiales. Así que aprovecho para desearos a todos una feliz navidad y que disfrutéis mucho de estos días, que aprovechéis cada segundo con vuestra gente querida porque no hay nada más valioso en esta vida.


FELICES FIESTAS Y FELIZ 2009!!!!

jueves, 27 de noviembre de 2008

Esos días...

Y es que hay días en los que me miro hacia dentro y no me gusta lo que veo...
Esos días en los que hago y digo cosas que sé que no quiero decir, que sólo sirven para disgustarme a mí misma (y a los demás).
Me asusta a veces todo lo que hay en mi interior. Miro dentro de mi cabeza y me asombro, ¿de dónde salen esos pensamientos? Visualizo mi corazón, latiendo con fuerza, con rabia, tratando de explotar porque ya no puede más... Y explota. Y lo hago: grito, chillo, digo incoherencias,... (pero sólo lo hago hacia mis adentros, no quiero que nadie se asuste de mí). Y aunque esos días mi rabia sólo dura unos instantes, después me siento mal, realmente mal.
¿Por qué puedo llegar a sentir tanta rabia?
¿Por qué puedo incluso llegar a sentir odio?
Sé que es un sentimiento fugaz y caduco que no dura más que unos instantes dentro de mí. Pero cuando ocurre me asusto, porque yo no quiero ser así, yo no quiero sentir rabia, ni odio, ni maldad.
**Supongo que todos tenemos nuestra parte indeseada que por mucho que intentemos matar, sigue luchando contra la otra parte para ganarle la batalla**

jueves, 20 de noviembre de 2008


PORNOGRAFÍA INFANTIL ¡¡¡¡NO!!!!

lunes, 17 de noviembre de 2008

LPDA

Bueno, bueno, aprovecha este post para promocionar la nueva serie on-line escrita, producida y dirigida por Alex Cabot: LPDA (losproblemasdealex.blogspot.com). En ella descrubiremos a una serie de personajes de lo más dispar que se meterán en todo tipo de situaciones embarazosas...

Por ahora, podemos disfrutar de la promo de Amaya. Próximamente, veremos aparecer a mi personaje: Violeta, pija, snob,...

Es genial! Animo a todo el mundo a que nos visite y siga nuestra serie.

Besos!!!

jueves, 13 de noviembre de 2008

KEEP BREATHING...

Eso es lo único que podemos (y debemos hacer)...
Seguir respirando, seguir viviendo, luchando, amando, riendo...
La vida no es otra cosa.
Vivir para disfrutar. Sin arrepentimientos. Sin remordimientos.
Sólo vivir.
Vivir por ti mismo. Vivir por los demás. Pero no vivir por vivir.
Buscar algún sentido a esta vida... DISFRUTAR.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Es muy difícil expresar todo lo que se siente por dentro en estas situaciones. Te gustaría que las palabras pudieran salir a borbotones para sacar todos los sentimientos que te invaden por dentro… Aunque creo que en estos casos las palabras sobran, ya que todos nos sentimos igual.

Resulta tan difícil de asimilar, tan difícil de creer… No es concebible que una persona tan grande (y cuando digo grande no sólo me refiero a sus dimensiones físicas) se vaya así, de repente, sin decir nada, sin hacer ruido.
Pero así era él: no le gustaban los grandes paripés, no le gustaban las despedidas, no le gustaban las “telenovelas”, como él decía.

Sin embargo, a pesar del poco ruido que hizo al irse, dejó un hueco demasiado grande y demasiado difícil de rellenar (aunque en realidad no queremos rellenarlo, siempre será su hueco).

Todos nos preguntábamos de pequeñitos, cuando jugábamos y correteábamos en el patio del colegio quién era ese tipo tan alto y por qué sus padres lo habían hecho tan grande. El tiempo pasaba y él seguía creciendo, por dentro y por fuera.

Todos conocemos el motivo por el cual Miguel era una persona tan alta y tan grande: necesitaba mucho sitio para albergar un corazón tan grande. Un corazón enorme que ni siquiera le cabía bien en su cuerpo y, por eso, nos fue regalando un trocito de su corazón a cada uno de nosotros conforme le íbamos conociendo más y más. Así era él, bondad y generosidad, pura y dura…

Y ahora todos conservamos un trozo del corazón de Miguel para poder seguir sintiéndole cerca, para que siempre esté presente con nosotros. Para que cada vez que los Kalaos nos reunamos, lo hagamos en su honor y juntemos todos los pedacitos del corazón de Miguel que conservamos porque él nos lo regaló. Así nunca dejaremos de ser uno menos, al contrario, Miguel seguirá creciendo con nosotros y seguirá siendo un tío enorme.

Miguel ha salido de viaje una vez más. Siempre de aquí para allá… ¡Culo inquieto! Pero no se ha ido de nosotros, el trocito de corazón, de bondad y de amor que nos regaló en vida, nos ayudará a mantener su recuerdo para siempre. Miguel, gracias. Gracias por habernos dejado conocerte, por habernos dejado ser tus amigos y, sobre todo, gracias por habernos regalado un trocito de ti.

jueves, 30 de octubre de 2008

Y cuando menos te lo esperas...

... la vida te da estos batacazos.
Parece que nunca te va a pasar a ti, que los tuyos siempre van a estar contigo.
Lo ves en las películas, en las noticias, pero lo ves como algo lejano, irreal...

Hasta que un día, así, sin más, pasa. Y sigues sin creertelo. Por mucho que te lo repites en tu interior, te parece tan surrealista, tan increible, tan imposible que intentas creer que no es cierto. Que se ha ido a otro de sus viajes y que volverá.
Pero no, esta vez se fue, se fue para siempre, aunque en nuestros corazones su sonrisa, su humor y su bondad permanecerán frescos para siempre.

Miguel Blázquez Álvarez, bellísima persona y mejor amigo. Has dejado mucha huella entre nosotros, el cabo sin ti será diferente.

Te queremos.