miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Inconformismo o Ambición?


Me planto.

Dicen que el ser humano es inconformista por naturaleza. La ambición ha sido siempre una de las grandes cualidades (¿o debería decir defecto?) que ha caracterizado al hombre (y a la mujer, hablando políticamente correcto). Y esta ambición nos hace querer siempre más, hasta alcanzar límites que en ocasiones pueden dañar a nuestra propia persona, y lo que es peor, a las que nos rodean y nos quieren (y queremos!), sin tan siquera darnos cuenta. Nos ciegan las ganas de alcanzar la perfección, cuando realmente la perfección no existe (o sí que existe, pero de manera subjetiva en todos y cada uno de nosotros). Dejamos de pensar en la vida como un regalo y empezamos a considerarla una batalla en la que debemos sobrevivir a toda costa...
Yo me planto y acepto que he llegado a mi límite de perfección. ¿Quién puede negarme que no soy perfecta y que mi vida no es perfecta?

Todo puede llegar a ser tan subjetivo...