jueves, 11 de septiembre de 2008

Un año más...

Pues sí, un año más. Y es que en dos días seré un año más vieja, bueno, más mayor, que vieja suena muy mal. Ya son 25 años de vida, un cuarto de siglo...

El cumplir años me da mucho que pensar. Por una parte pienso en cómo han cambiado los tiempos, ya que cuando mi madre tenía 25 años ya estaba casada, tenía un niño de 3 años y ya pensaba en ir a por el siguiente (que fui yo, por supuesto). Y en cambio ahora, con 25 años aspiramos a muchas otras cosas antes de plantearnos formar una familia. Sí, los tiempos han cambiado muchísimo. Y parece ser que seguirá siendo así. Hoy en día resulta muy difícil compaginar varias cosas a la vez. Cada vez hay más cosas que hacer, más responsabilidades, y queda poco tiempo para el ocio. Menos mal que es poco tiempo lo aprovechamos al máximo (o al menos yo lo intento).

Por otra parte, también me da por pensar en lo rapidísimo que pasa el tiempo. ¿¡25 años ya!? Por mucho que lo piense, que lo diga en voz alta y que los demás me lo repitan, me parece increiblemente increible. ¿Ya hace 7 años que pisé la universidad por primera vez y 3 que la abandoné? ¿Ya hace 12 años que terminé el colegio y me adentré en la maravillosa vida del instituto? Increible, señores, pero cierto.

En cambio, es bonito cumplir años. Sobre todo cuando durante todos esos años has cosechado éxitos, has cumplido sueños, has vivido aventuras maravillosas y, por supuesto, has sido (y parece ser que seguirás siendo durante mucho tiempo) FELIZ.

¡Sigamos cumpliendo años! Siempre con una sonrisa en la boca...