miércoles, 26 de octubre de 2005

Sesiones de locura cap. I


Entre las oscuras sombras de lo desconocido me iba adentrando, sin detenerme en el más mínimo detalle porque nada me importaba. Una voz seca y apagada me daba consejos en mi interior pero no podía escucharlos pues mis oidos, al igual que el resto de mi cuerpo, habían muerto. Tropezaba con cada piedra, por pequeña que fuera, con cada árbol, con cada bache... Parecía que el mismo paisaje se repetía una tras otra vez, como si estuviese atrapada en un lugar sin salida. Pero yo no paraba de andar. A ratos corría, hasta que mi corazón se aceleraba y, entonces, seguía caminando. Las escasas luces que me iluminaba eran proporcionadas por las estrellas. Era una noche sin luna; tétrica y oscura... Los animales silvestres asomaban de cuando en cuando sus temerosos ojos, pero yo no me detenía, ni siquiera les miraba. No podía, la impotencía de no saber que me ocurría me cegaba. Mis ojos también habían muerto.
Al fin llegué al extremo de mi locura y paré en seco. Lentamente, sin pensar ni calcular ningún movimiento, me senté, luego me tumbé, cerré los ojos... Vi pasar mi vida a través de mi mente: un sinfin de recuerdos se sucedían como el trailer de una película, muy rápidamente, y en sólo 5 segundos se acabó todo. Todo lo que había vivido se redujo a nada, a cero, a vacío,... Lloré. Lloré de pena, lloré de rabia, lloré de impotencia, lloré de locura. Grité. Quería hablar pero era incapaz de articular ninguna palabra, lo único que salía de mi boca eran quejidos, llantos, lamentos. Una extraña fuerza me oprimía y ni siquiera podía moverme, cualquier movimiento era en vano. Las oscuras sombras que me rodeaban fueron adoptando formas irreconocibles que me rodeaban y me movían dirigiendo mi voluntad. Como si de una marioneta se tratase manejaron mi vida durante un rato. Me hacían levantar, pero yo me sentía desfallecer y me caía. Andaba a trompicones, no tenía fuerzas y mi cabeza no paraba de hacerse preguntas. ¿Qué ocurre? ¿Qué ha sido de mi, de mi cuerpo, de mi voluntad, de mi vida? ¿Quién está jugando conmigo de esta manera?
Desde entonces, dejé de ser dueña de mi misma para pasar a manos de ellos, para ser una marioneta más entre tantas, para comportarme igual que todos y dejar de ser para siempre YO.

2 comentarios:

Josita Jones dijo...

ya estas cambiandolo...hasta q no lo cambies, no lo cambiare yo

tu tiempo empieza ya
3
2
1

Anónimo dijo...

das miedo...