Y por fin, encontró su lugar en el mundo.
Y por fin, la inmensa ciudad le hizo un hueco entre la multitud para sentirse alguien.
Y por fin, respiró tranquilo al observar su alrededor y comprobar que no estaba solo.
Aunque pensaba que nunca lo conseguiría, miró al frente, recorrió con la mente las dimensiones que había adquirido su vida y se sintió grande.
Y por fin, supo que mientras fuera feliz, cualquiera podría ser su lugar en el mundo.
1 comentario:
Pero qué maja eres.
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